Muy próxima al Sistema Central y regada por el rio Tajo y su afluente el Arlés, Pastrana está enclavada en pleno corazón de la Alcarria, en la meseta sur, a 759m .de altitud. El municipio está situado a 45 km de la capital, Guadalajara y a 95 de Madrid. Cuenta con una población de1054 habitantes, en su alrededor se encuentra Escariche, Escopete, Hueva, Fuentelencina, Valdeconcha, Sayaton, La Pangia, Almonacid de Zorita, Zorita de los Canes y Yebra. Su paisaje es propiamente alcarreño, un gran paramo cortado por valle de ríos y nacimientos de agua, desde la alta meseta, de clima frio y seco, está dedicado al cultivo de cereal árboles frutales, en la vega muy buena huertas de hortalizas.
Pastrana se funda en el siglo XIII bajo la Orden Religiosa Militar de Calatrava, como aldea de repoblación tras la expulsión definitiva de los árabes. En 1369, se le concede el titulo de Villa. En este mismo período, se construyen su muralla y su iglesia primitiva.
El Rey Carlos I, consigue de los Papas Clemente VII y Paulo III, las bulas necesarias para enajenar bienes de las Órdenes Religiosas Militares y, usando de esta facultad vende en 1541, la Villa de Pastrana con los lugares de Escopete y Sayatón a Dª Ana de la Cerda, condesa de Melito y viuda de Dº Diego Hurtado de Mendoza.
Es esta primera Señora de Pastrana que comienza la construcción del conocido Palacio Ducal, muerta Dª Ana, pasa el señorío a sus hijos Dº. Gaspar Gastón y Dº. Baltasar Gastón, los cuales venden estas propiedades en 1569 a los Príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva, consejero, y amigo personal de Felipe II y la célebre Doña Ana de Mendoza de la Cerda. Posteriormente estos obtienen del Rey, título de Duques de Pastrana.
Con los primeros Duques, llega a Pastrana su época de gran esplendor, ya que éstos realizan grandes obras en la Villa. En 1569, mandan llamar a Santa Teresa de Jesús con el fin de fundar un convento de Carmelitas Descalzas, creando el Convento de San José para mujeres y el Convento de San Pedro (hoy del Carmen) para hombres. En 1570, traen un numeroso grupo de moriscos expulsado de las Alpujarras de Granada para trabajar en la seda y levantar una de las fábricas de tapicería más prestigiosas de España durante los Siglos XVI y XVII.
Más tarde, los Duques completan su obra ascendiendo la iglesia parroquial a Colegiata, dotándola de un Cabildo de 48 Canónigos, que superaba en número a todas las Catedrales de España, excepto a la Catedral de Toledo.
Muerto Ruy Gómez, en 1573, la Princesa de Éboli ingresa en el Convento de San José, incumpliendo la regla Carmelita. Poco después, Felipe II le ordena que abandone el convento para ocuparse de su patrimonio y de su familia. En 1576, regresa a Madrid, como una de las damas más ricas y respetadas de la Corte. Allí inicia una vida inquieta, y por sus intrigas en la Corte con Antonio Pérez, Secretario de Felipe II, es detenida en 1579.Es encerrada en la torre de Pinto, a los pocos meses en el castillo de Santorcaz, donde se reunió con sus hijos y finalmente es traída a su propio palacio en Pastrana, de donde no saldría hasta su muerte en 1592. Sus restos se conservan actualmente en la Cripta de la Iglesia-Colegiata de esta Villa Ducal. Más tarde se suceden los Duques y, al trasladar éstos su residencia a Madrid, desalojan el palacio llevándose los muebles en el siglo XVIII, Pastrana inicia su vida rural. En la actualidad, Pastrana sigue conservando gran parte de su trazado medieval y la riqueza artística que atesoró durante su siglo de Oro.
Poco conocemos sobre la situación urbana de Pastrana durante la Edad Media, desde su posible fundación en el siglo XIII hasta los primeros años del siglo XVI, es una verdadera laguna histórica. En el siglo XVI, Pastrana se encontraba rodeada de una muralla de cal y canto, algunos de cuyos restos se conservan hoy en día, y otros van apareciendo en obras de construcción reciente en las cuadrillas de Torrontero y Cuesta.
La documentación de fines del Medievo, y en particular de los siglos XIV y XV, es escasa. Por lo que muestra la configuración urbanística de Pastrana anterior al siglo XVI es una mera hipótesis de trabajo. Creemos, no obstante, que la posible expansión urbana sufrida a partir de los siglos XIV y XV es un reflejo del crecimiento de la población de la villa con la creación de un nuevo templo parroquial, posiblemente de mayores dimensiones que la antigua parroquia de San Miguel.
Nuestra hipótesis es que se urbanizan en los siglos XIV Y XV la mayor parte de las cuadrillas de Heruelo, plaza de abajo, y las casas cercanas a la corredera del Val y de las Nieves hasta la puerta de la Castellana.
El núcleo urbano a comienzos del siglo XVI estaba rodeado de una muralla por la que se podía acceder a la población a través de cinco puertas importantes que se denominaban de Aragón, (también llamada de Zorita), Castellana, del Concejo situada en la Corredera de las Nieves del Val y de San Francisco. Posteriormente, en los Adarves, se abrió una puerta, denominada Puerta Nueva. Además existían una serie de portillos que se fueron abriendo según fue creciendo el núcleo urbano.
Las principales puertas sufrieron algunas reparaciones y modernizaciones con el paso de los años, como fue el caso de la puerta del concejo, en 1598, unos años después el arco de la Puerta Castellana fue alzado de nuevo en los primeros años del siglo XVII por el maestro de obras Francisco Olmo y decorado y pintado un escudo con las armas de los duques de Pastrana por el pintor flamenco Francisco Cleves.
A comienzos del siglo XVI continuaba siendo Pastrana un auténtico pueblo medieval de calles estrechas y de pequeñas plazas en su interior. Hasta 1542, en que llega la condesa de Melito, la vida comercial se llevaba a cabo en la Plaza de Arriba, actual Plaza de los Cuatro Caños, en la que se encontraba el edificio del concejo. Era el lugar más adecuado para la venta ambulante de los comerciantes. Considerado sin duda como el auténtico centro neurálgico de la villa, donde se celebraba el antiguo mercado.
La situación del edificio del ayuntamiento en la Plaza de los Cuatro Caños y los pleitos que tuvo el concejo en la década de los cuarenta con un vecino de Pastrana, por abrir unas ventanas en los soportales de la casa consistorial, nos hace pensar que el edificio del concejo estuviera en otro lugar, con anterioridad a instalarse en la plaza citada. Posiblemente su primitivo emplazamiento estuviera en la cuadrilla del Heruelo cercano a la plaza de Abajo, desde donde pasaría a la Plaza de Arriba, una plaza totalmente plana con mayor comodidad para la vida comercial, puesto que en el Heruelo, delante del edificio del concejo, existía una pequeña plaza de superficie muy quebrada.
Tampoco debemos de descartar una segunda hipótesis, que sería situar el edificio del concejo cercano a la primitiva iglesia de San Miguel y a la puerta de su nombre. Incluso las obras realizadas en 1559, que se encargan al maestro de obras Juan de Alavarrieta la realización de unos pilares para los soportales del concejo en la plaza de los cuatro caños, nos hacen pensar nuevamente en una ubicación reciente del edificio del concejo en la plaza de los cuatro caños. Este edificio poseía una pequeña torre con un reloj. La condesa de Melito, primera señora de Pastrana, introdujo en esta villa una auténtica revolución urbana, con la construcción de una amplia plaza y una casa-fortaleza en una zona extramuros. A través de esta nueva construcción modernista, del tipo arquitectónico que por esos años se realizaban en las más importantes ciudades de España, se producirá un importante cambio urbano. El desarrollo económico y comercial de las ciudades de Castilla promovieron la construcción de nuevas plazas en zonas extramuros durante el siglo XVI, desbordando los límites medievales de sus murallas. Así, por ejemplo, ocurrió a fines del siglo XV en las cercanas ciudades de Sigüenza y Alcalá de Henares.
La nueva plaza renacentista pasará a denominarse del Mercado, llamada en el siglo XVI y primera mitad del XVII Plaza de la Obra. La plaza del Mercado por su amplia dimensión será propia para desarrollar la vida comercial del municipio, donde posteriormente los príncipes de Éboli edificaron unas tiendas con sus soportales en ambos lados de la plaza.
Según las cuentas de la Mayordomía de los duques en Pastrana, en los primeros años del siglo XVII, en la plaza existían un total de 13 tiendas en la acera de la villa, 18 en la acera de la huerta y dos puestos, uno en la mano derecha según se entra a la plaza y otro arrimado a la cuesta según se baja de San Francisco. Todas ellas eran arrendadas anualmente a comerciantes cristianoviejos como a moriscos.
Esta amplia plaza, tras la concesión por Felipe II a los príncipes de Éboli de un privilegio Real para celebrar una feria franca en Pastrana en los doce primeros días del mes mayo, sería el lugar donde se emplazaría desde 1573, que será muy concurrida por esos años por mercaderes moriscos, castellanos y portugueses de la ciudad de Viseo, localidad cercana a los dominios de don Ruy Gómez de Silva en Portugal.
La plaza del Mercado poseía en frente del palacio una zona denominada los Adarves que lindaba con las huertas de los vecinos del pueblo, que es un amplio muro con dos torres en sus extremos, una de ellas cercana a la puerta nueva.
Administrativamente el núcleo urbano se dividía en nueve cuadrillas, para tener un mejor control municipal sobre los vecinos, cada una de las cuales tenía dos alcaldes ordinarios y un comisario, realizando sus reuniones y acuerdos que posteriormente se trataban en el concejo de Pastrana. Además se encargaban del cuidado y reparación de los molinos, hornos, ermitas y otros edificios del común que estuvieran dentro de sus cuadrillas.
Desde comienzos del siglo XVI existían en Pastrana ocho cuadrillas, que se incrementaron en una más a partir de la construcción de la Plaza del Palacio, con la creación de la cuadrilla de Boceguillas que comprendía toda la zona extramuros desde la puerta de Zorita, incluyendo el convento de San Francisco, emplazado en el paraje denominado de los Terrenales.
En ocasiones encontramos el nombre de otra cuadrilla más denominada el Regachal, situada entre el Heruelo y Santa María, pero su mención es muy escasa y debía estar integrada en una de las dos anteriores.
Los edificios pertenecientes a los Propios del Concejo estaban situados en las siguientes zonas: El edificio del ayuntamiento que, posiblemente estuviera en la cuadrilla de Torrontero o del Heruelo durante la Edad Media, debido a que la puerta del concejo se podía encontrar en la calle de los ángeles o en la corredera de las Nieves muy próxima a la plaza del Heruelo, pasando posteriormente a la plaza de Arriba, posteriormente fue instalado en una pequeña plaza situada enfrente de la iglesia, lugar que ocupa en la actualidad, en la cuadrilla del Barconado.
Los principales edificios del concejo se encontraban en la cuadrilla del Heruelo, donde localizamos la carnicería pública, el matadero y tiendas de pescado, el horno del concejo. Sin duda la existencia en la actualidad de un amplio edificio de paredes gruesas y de amplia dimensión en el Heruelo nos hace pensar que el concejo pudo estar situado en esta cuadrilla.
Pasando posteriormente a la Plaza de Arriba, que era lugar más cómodo y más amplio, y además era toda la plaza llana. Este emplazamiento del ayuntamiento en el Heruelo, se debe a encontrarse la puerta denominada del concejo en la corredera de las Nieves, muy cercanas al Heruelo. Pasando posteriormente este amplio edificio del concejo situado en el Heruelo a varias dependencias del concejo, como carnicería, horno de pan cocer, pescadería y matadero.
Mientras que la cuadrilla de la Caltriguera, que ocupaba las actuales calles Mayor, de San Juan de la Cruz y de Juan Bautista Maino, se encontraban los edificios del Pósito, las paneras con sus cámaras y bodega de la tercia. También conocemos la existencia de un horno de pan en el Barconado junto a la iglesia, y un molino de aceite fuera de la puerta Castellana, cercano a la ermita de San Sebastián, así como la de una fuente y lavadero en la cuadrilla de la Castellana.
En la Plaza de Abajo existía un molino de aceite y un antiguo hospital que se denominaba de Moncayo y en la de Torrontero estaba situado el hospital de San Miguel y San Sebastián. En la de la Cuesta localizamos la antigua parroquia de San Miguel. En esta misma cuadrilla estaba incluida la calle del Higueral donde había un horno de pan.
La cuadrilla que mayor transformación sufrió con la llegada de los granadinos fue la de Boceguillas, que estaba incluida en el Barrio de Afuera, que era toda la zona extramuros. En las Boceguillas había una ermita denominada del Pilar, también existían dos tintes pertenecientes al duque, uno de ellos lindando con el palacio y otro en la esquina del Albaicín, y otros de los mercaderes mas hacendados.
También se edificó un horno de pan, un molino aceitero y unas jabonerías, que pertenecían al duque y eran arrendadas al concejo de Pastrana. Además de todo un barrio nuevo, que levantado por los propios moriscos fue denominado Albaicín o la Veracruz.
Al parecer según la relación del gobernador de Pastrana dada al rey Felipe II, en 1586, este nombre Albaicín, se debía a que la mayor parte, de los moriscos allí instalados, procedían de la ciudad de Granada y en concreto, de dicho barrio. El nombre Albaicín quiere decir (arrabal).
Este barrio se encontraba cercano, al arco de San Francisco entre la muralla y el palacio, el corral de comedías y un frontón para jugar a la pelota. Además, en los primeros años del siglo XVII, existía desde el palacio ducal un corredor, que se comunicaba directamente con el convento de San Francisco.
La llegada de 1.400 moriscos granadinos y otras personas del mundo de la seda llevados por don Ruy Gómez de Silva, hizo que el núcleo urbano de Pastrana no fuera capaz de acomodar de la forma más conveniente a este contingente tan numeroso, ya que se vio modificado y surgieron nuevos barrios como el Hocino, la Veracruz y el Albaicín, zonas que se encuadraban en la cuadrilla de Boceguillas.
Pronto el Albaicín se convirtió en un centro de floreciente comercio, donde los moriscos instalaban sus tiendas ambulantes, en el mismo Albaicín existía un rastro de arriba y otro de abajo.
Una vez que conocemos algunos detalles urbanísticos del siglo XVI, quisiera señalar que la decadencia económica y urbanística de Pastrana no se produce en los primeros años del siglo XVII tras la expulsión de los moriscos.
El auge urbanístico continuo en el siglo XVII, tanto promovido por sus señores, el concejo y sobre todo por don fray Pedro González de Mendoza. Fue de nuevo el mecenazgo de un Mendoza, quien impulso la labor constructiva en una población de la actual provincia de Guadalajara, solar elegido para asentamiento de este importante grupo aristocrático.
Las transformaciones urbanísticas de la villa por iniciativa del concejo fueron escasas, las grandes obras fueron promovidas por la familia Mendoza. Entre ellas podemos destacar, la renovación del convento de San Francisco, del palacio ducal, la reedificación de la Colegial, la construcción del colegio de San Buenaventura, la creación del palacio de comedias y del frontón. El concejo colaboraba en estas obras con aportaciones de mano de obra y materiales, además de encargarse de la renovación de las numerosas ermitas que existían en la población, y demás dependencias del concejo.
Sin duda, la transformación urbana que sufre Pastrana después de la salida de los moriscos se debe en parte a las franquicias de repoblación de Pastrana dadas por el tercer duque de Pastrana, con las facilidades otorgadas a los mercaderes y trabajadores de la seda para instalarse en esta villa. Exenciones fiscales que fueron muy bien acogidas por los mercaderes portugueses.
Pastrana en el siglo XVII es calificada por los viajeros extranjeros que visita la península como una población considerable. El viajero inglés Cecil William, en 1610, la considera junto a Utiel como de población.
Las modificaciones urbanas fueron sustanciales durante el siglo XVII y contribuyeron mucho a una nueva fisonomía urbana de la ciudad. La cuadrilla que más transformaciones sufrió fue la de Boceguillas, en ella se incluía la actual calle Ancha. Durante esta época estaba formaba por un amplio solar del señor con su huerta, dos tintes y jabonería. A partir de 1627 se edificaron las casas de esta calle, construyéndose por iniciativa del duque, seis casas en la parte derecha y doce en la izquierda.
Las modificaciones en las Boceguillas continuaron en los años treinta, en 1632, el corregidor de Pastrana propone al concejo los deseos del duque de modernizar la villa y construirse camino de acceso a la población de mayores dimensiones, para que el duque pudiera circular con sus carrozas, puesto que tenía decidido instalar su residencia en Pastrana.
Además, el gobernador de los estados de Pastrana solicitaba la construcción de unas cocheras para su señor. Esta nueva calle de amplias dimensiones, situada a extramuros de la población, sería trazada desde el convento de San Francisco, y saldría desde la parte de atrás de la ermita de Santa Ana hacia la fuente del Hocino y desde allí al Albaicín, donde conectaría con el amplio camino de zorita que daba acceso a la plaza del mercado.
La creación de un nuevo camino de entrada a la población fue aceptado por las autoridades municipales que colaboraron con fondos del concejo para su realizaban. También se construían unas cocheras para el duque en la calle ancha, emplazándose encima un tablado para que las autoridades municipales pudieran contemplar los toros. En el siglo XVII continuaron algunas obras de modernización de la villa. En 1656, se construye la portada de la ermita de Santa Ana. En este mismo siglo se construye en Pastrana por iniciativa los sus señores una fábrica real de pólvora y salitre, y otra de papel situada en el convento de carmelitas de San Pedro.
La labor constructiva no fue tan importante como en los dos siglos anteriores. Únicamente podemos mencionar una reforma importante en el colegio de San Buenaventura, en 1702. Las obras fueron realizabas por el maestro de obras Manuel de Mejorada, bajo la aprobación previa del maestro de obras del duque del Infantado Felipe Sánchez.
No debemos olvidar tampoco la obra más representativa de Pastrana en nuestros días, la fuente de los cuatro caños, obra que data de 1588, fue reparada por su deterioro en 1731. Fuente de pilón octagonal, decorado en el centro con una copa semiesférica con cuatro caños en forma de carátulas.
Por último, no debemos de olvidar la importante obra de modernización sanitaria, con la construcción del nuevo hospital de San Miguel, que fue emplazado a extramuros de la villa, en la plaza del convento (plaza del Deán) de san Francisco, al lado de la ermita de Santa Ana, obra que fue promovida a partir de 1732. En las últimas obras observamos las ideas ilustradas de limpieza y sanidad.
Santísimo de la iglesia colegial en las obras de reforma del coro de los primeros años del siglo XVII. Torre que no tinada que ver con la torre de la parroquial de la Asunción que estaba situada en el coro. Este hecho nos hace pensar que esta torre fuera una atalaya de la antigua muralla, y la muralla fuera desde la puerta concejo hasta la atalaya mencionada y desde allí bajara hasta la puerta castellana. Por lo que creemos que las cuadrillas de la plaza de abajo, fueron urbanizadas con posterioridad al siglo XV.
Manifestamos nuestras reservas sobre la situación de la puerta del concejo, que bien pudo estar en la corredera de Las Nieves, muy cercana a la actual Plaza de Abajo, en la actual calle de los ángeles, donde creemos que pudo existir un pequeño portillo. Donde además apuntamos para nuevas investigaciones que la iglesia de San Miguel pudiera derivar con el paso de los años a ermita de los Ángeles.
El concejo de Pastrana tenía un pleito con un vecino de Pastrana por que había abierto este unas ventanas en su casa que daba a los soportales del concejo en la plaza de arriba, y esto impedía el comercio que se desarrollaba en esta plaza, en donde los comerciantes colocaban sus puestos ambulantes.
Apuntamientos para la historia de Pastrana manifestaba que el ayuntamiento estuvo instalado hasta el siglo XIV en la cuadrilla de Torrontero, enfrente de la antigua parroquia de San Miguel, que en el siglo XVIII se había convertido en ermita de Nuestra Señora de los Ángeles. Beteta que conocía las ruinas de la antigua iglesia de San Miguel en la segunda mitad del siglo XVIII, dice que fue una fábrica muy humilde.
A pesar de la opinión de Beteta, creemos que el concejo tuvo que pasar de la cuadrilla de Torrontero al Heruelo hacia el siglo XIV o XV, con la construcción de la parroquia de Nuestra Señora de La Asunción hacía finales del siglo XIV, manteniéndose en el Heruelo hasta los inicios del siglo XVI. Beteta documenta la existencia de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en 1401.
copyright © 2022 / Todos los derechos reservados juan cruz